Riego eficaz

Riego eficaz

¿Quién utiliza sobre todo este medio y desde cuándo ?

La aspersión es una técnica de riego muy extendida en todo el mundo ya que es relativamente fácil y se adapta a casi todos los tipos de cultivo y terreno. El microrriego aunque menos extendido, se utiliza cada vez más pese a su coste de instalación más elevado. El microrriego se desarrolló a finales de los años 60 y se emplea sobre todo en la fruticultura, la viticultura y la horticultura. Esta técnica está muy desarrollada en las regiones de clima árido o en zonas donde se enfrentan a una escasez de recursos hídricos para el riego, como España, California (EE.UU.) y la región nordeste de Brasil.

¿Quiénes son los principales interesados ? Lugares en los que este medio parece ser el más adecuado

La mayor parte del riego se realiza en la actualidad a través de métodos de superficie como la inundación o el chorro. Estos métodos de superficie son precisamente los que presentan mayor potencial de ahorro de agua por la utilización de técnicas más eficaces. Además, una buena parte de las extracciones de agua se realiza sin ninguna planificación previa, lo que supone un despilfarro considerable por métodos más tradicionales.

La puesta en marcha de técnicas más eficaces puede generar considerables beneficios económicos, sobre todo en los países donde los recursos hídricos disponibles son más limitados, donde el coste del agua es más elevado.

¿En qué consiste este procedimiento ? ¿Cómo se pone en marcha ?

a) El Microrriego

El riego limitado y localizado consiste en aportar agua lo más cerca posible de las plantas. Existen varias técnicas como los goteros, la microaspersión y la utilización de canalizaciones porosas :

Los goteros son dispositivos que aportan agua de manera puntual en débil cantidad (de 2 a 12 litros/h) con una presión del orden de 1 bar. Esta aportación se realiza a través de orificios de pequeño diámetro (de 1 a 1,5 mm) o por la canalización del agua en tubos de sección reducida (de 0,5 a 1,5 mm) en una longitud importante (de 0,1 a 1,0 m). Los goteros se fabrican normalmente de PVC. Los goteros con orificios presentan un riesgo elevado de taponamiento. Existen goteros con autorregulación que, con ayuda de resortes u otros dispositivos, mantienen el caudal relativamente constante dentro de una franja de presión dada.

La microaspersión, procedimiento que suele denominarse “goteo”, consiste en utilizar microdifusores instalados en canalizaciones y, por consiguiente, muy cerca del suelo. La aspersión se limita a la superficie ocupada por los cultivos, con un alcance de entre 1 y 2,5 m. Los caudales son más elevados que con goteros, ya que varían entre 10 y 60 litros/h. Esta técnica está muy extendida en la arboricultura.

b) El riego por aspersión

La aspersión es una técnica de riego por la cual el agua llega a las plantas en forma de lluvia artificial. Los dos dispositivos más utilizados para su puesta en marcha son los aspersores rotativos y los cañones de riego. Entre los factores que afectan al diseño de un sistema de aspersión figuran la cantidad de agua a aportar, la pluviometría deseada, la presión disponible, las características del suelo, las plantas y el viento, y condiciones particulares como la posibilidad de helada. La pluviometría depende de la cantidad de agua a aportar, pero también de la inclinación, el tipo de suelo y su cobertura vegetal. Una pluviometría excesiva puede generar fenómenos de chorreo o zonas inundadas. La siguiente tabla presenta la pluviometría máxima en varios casos.

 La programación del riego

Con el fin de minimizar el riego en exceso o las pérdidas por evaporación, puede hacerse una mejor programación del riego. La programación del riego consiste en determinar cuántos litros de agua deben aportarse, durante cuánto tiempo y a qué horas del día. 

La definición de estos parámetros se ve afectada por varios factores dependientes de las condiciones meteorológicas (temperatura, humedad, insolación), de las propiedades del suelo (tasa de infiltración, inclinación) y del tipo de cultivo, así como de la fase de crecimiento del vegetal. La programación puede variar de un día para otro según las condiciones meteorológicas. Una programación sofisticada que permita optimizar el uso del agua requiere la intervención de un profesional cualificado.

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